¿Los programas sociales se asocian con la intención de voto? El salario rosa en el Estado de México

En general se podría pensar que los programas sociales sí se asocian con intención de voto, favoreciendo al partido que entrega dichos apoyos. Sin embargo, existen algunas condiciones previas para que tal asociación se observe, como tener claridad en la instancia que otorgó el apoyo e identificación por parte del electorado de dicha instancia. Ello pareciera fácil de percibir cuando en un sistema político el gobierno entrega apoyos y su propio partido es el que recibe un mayor porcentaje de las preferencias (Moreno, “Agosto de 1991: ¿Por qué se votó por el PRI?”, Este País, no. 33, diciembre 1993, https://archivo.estepais.com/inicio/historicos/33/8_ensayo_agosto%201991.pdf)

¿Qué ocurre cuando se trata de distintos niveles de gobierno y en dichos niveles coexisten partidos diferentes? ¿Esto es identificable para las personas? Por algún tiempo, se decía que los beneficios electorales iniciales del Seguro Popular se vinculaban más con el PRI, pues fue hasta la elección siguiente cuando la población asoció dicho programa con el PAN, partido que originalmente impulsó dicho programa (Díaz Cayeros, Estévez y Magaloni, The Political Logic of Poverty Relief. Electoral Strategies and Social Policy in Mexico, 2016, https://doi.org/10.1017/CBO9781316492710). El ejemplo anterior sugiere que no siempre resulta claro quien puede recibir los beneficios electorales de los apoyos de los programas sociales. Ello puede complicarse aún más cuando se trata de distintos niveles de gobierno.

Por estas razones el caso del Estado de México puede resultar ilustrativo. Es una entidad que desde hace décadas ha sido gobernada por un mismo partido, el PRI, pero que no gobierna en el nivel federal, ya que el gobierno federal es encabezado por otro partido, Morena. Adicionalmente, ambos niveles de gobierno entregan apoyos por programas sociales, destacando en el caso estatal el llamado programa salario rosa.

Según la información pública disponible, dicho programa se plantea como objetivo el incremento en el “ingreso económico de las mujeres de 18 a 59 años de edad que habitan en el Estado de México, que se encuentren en condición de pobreza, se dediquen al trabajo del hogar, no perciban remuneración y que se encuentren en estado de gestación o sean madres, mediante el otorgamiento de transferencias monetarias, en una y hasta en seis ocasiones por la cantidad de $2,400”, según lo detallan estas reglas de operación (https://legislacion.edomex.gob.mx/sites/legislacion.edomex.gob.mx/files/files/pdf/gct/2022/diciembre/dic212/dic212s.pdf).

A continuación se analizarán los datos contenidos en la encuesta levantada por el periódico El Financiero, en la cual el investigador Alejandro Moreno (@almorenoal en Twiter) combinó dos métodos de recolección de información. El primero a través de vivienda y el segundo a través de entrevistas telefónicas en vivo. Los datos fueron recopilados entre el 17 y el 19 de marzo de 2023. El margen de error fue de más menos 2.7, con una tasa de rechazo del 57%. Se trató de una combinación con 820 entrevistas en vivienda y 500 telefónicas, lo cual arrojó un total de 1,320 entrevistas. Los datos de este levantamiento fueron publicados en el periódico El Financiero el lunes 27 de marzo en su página 41 (https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2023/03/27/aventaja-delfina-con-59-de-preferencia-en-edomex/).

Conforme al reporte publicado en el diario, en la gráficas elaboradas por Alejandro Moreno se observa que las personas que reciben apoyos de los programas sociales federales prefieren a la candidata Delfina Gómez, abanderada por la coalición encabezada por Morena en un 73%, mientras que las personas que prefieren a la candidatura común encabezada por el PRI y representada por la candidata Alejandra del Moral suman el 27%. Respecto a quienes no reciben apoyos de los programas sociales federales, el 46% prefiere la candidata del Moral y el 54% a la candidata Gómez. Finalmente, respecto al salario rosa, lo que se observa es que entre aquellas personas que sí lo reciben, un 51% prefieren a la candidata del Moral y 49% a la candidata Gómez, mientras que aquellas personas que no reciben dicho salario, un 63% prefiere a la candidata Gómez y el 37% de la candidata del Moral. Todo lo anterior sugiere que los programas federales parecieran estar asociados con la preferencia política por la candidata apoyada por Morena, así como el programa estatal salario rosa pareciera asociarse con una preferencia por la candidata apoyada por el PRI.

Adicionalmente a esta valiosa información publicada, me di a la tarea de comparar las tres preguntas que sobre apoyos de programas sociales contiene la referida encuesta con la preferencia electoral de las personas. Para lograr este objetivo se utilizó la misma encuesta, cuyos datos se encuentran públicos en el sitio de internet del Instituto Electoral del Estado de México en su sección de encuestas (https://sistemaselec.ieem.org.mx/encuestas-electorales/). Estas bases de datos fueron entregadas por la casa encuestadora del periódico El Financiero al órgano electoral local, en cumplimiento con la normativa electoral.

La primera comparación es si la persona conoce a un familiar cercano que recibe el salario rosa, si es la propia persona entrevistada la que recibe dicho salario o si se trata de ambas opciones, es decir si conoce tanto un familiar cercano como la persona entrevistada. La categoría restante se integra por aquellas personas que declararon no recibir dicho salario. En esta comparación se encuentra una asociación entre la preferencia electoral y recibir o no el salario rosa. Este cruce de dos variables implicó el análisis de 1,318 entrevistas y se obtuvo un ji cuadrada de 55.5, sugiriendo que en efecto se rechazaría la hipótesis de independencia y se asumiría asociación entre las variables de salario rosa y preferencia electoral.

La segunda comparación trata sobre los apoyos de programas sociales en general y la preferencia electoral, empleándose para ello 1,319 entrevistas con una ji cuadrada de 74.34, donde nuevamente se sugiere que se rechaza la hipótesis de independencia y se asume la hipótesis de asociación entre ambas variables. Finalmente, la tercera comparación trata sobre el nivel de gobierno que ofrece los apoyos. En este caso se trata de los niveles estatal y federal, donde se consideraron 580 entrevistas, ya que dicha pregunta se limitó solamente a quienes sí reciben apoyos de programas sociales. La ji cuadrada obtenida fue de 36.46, sugiriendo nuevamente el rechazo a la hipótesis de independencia y asumiendo la hipótesis de asociación entre el origen de los apoyos y la preferencia electoral.

Las anteriores asociaciones estadísticas se muestran en tres gráficas. En la primera gráfica podemos observar el cruce entre la intención de voto por la candidata de la coalición encabezada por el PRI y la candidata que abandera la coalición encabezada por Morena, además de la categoría de respuesta “ninguno, no votaría” con si las personas declaran recibir el salario rosa. Aquí se observa que entre quienes no reciben el salario rosa, el 87% no votaría, el 76% prefiere a la candidata de Morena y el 63% a la candidata del PRI. En contraste, cuándo la persona es la receptora del salario rosa, el 9% votaría por la candidata del PRI, 5% por la candidata de Morena y 2% por ninguna. Cuando se trata de un familiar, el 24% vota por la candidata priísta, 17% para la cantidad morenista y 10% por ninguna opción. Finalmente, cuando se trata de ambas opciones, es decir de un familiar y de la persona entrevistada, el 4% vota por la candidata del PRI, 3% por la candidata de Morena y 2% por ninguna. Lo anterior sugiere que en efecto sí parece existir una asociación entre el salario rosa y la intención de voto, ya que se aprecia que quienes reciben este programa social en mayor medida favorecen a la candidata del Moral.

En la segunda gráfica, cuando se pregunta por las personas que reciben apoyo de algún programa social del gobierno, si la respuesta es negativa el 57% prefiere a la candidata del PRI, el 46% a la candidata de Morena y el 74% señala que ninguna. En cambio, cuando se trata de un familiar cercano quien recibe el apoyo, 36% votaría por Morena y 31% por el PRI y cuando se trata de la propia persona entrevistada, el 12% prefiere a Morena y 11% al PRI. Finalmente, cuando se trata de ambas opciones, esto es familiar o persona entrevistada, 6% optaría por Morena y 2% por el PRI. En conclusión, pareciera que los programas sociales en general sí se vinculan con preferencias en favor de la candidata de Morena.

En la tercera y última gráfica se aprecia qué instancia entrega los apoyos. Cuando se trata del ámbito estatal, el 47% prefiere a la candidata del Moral y el 26% a la candidata Gómez, mientras que el 16% a ninguna. En cambio, cuando se trata de apoyos entregados por el gobierno federal, el 43% prefiere a la candidata del PRI y el 63% a la candidata de Morena. Finalmente, cuando se trata de ambos niveles de gobierno, esto es, tanto el estatal como el federal, 10 y 11% prefiere a las candidatas del PRI y Morena respectivamente. Esto nos sugiere que en efecto, cuando la gente identifica que los apoyos han sido entregados por el gobierno estatal, se prefiere por casi 20 puntos a la candidata del PRI sobre la candidata de morena. En contraste, cuando la gente identifica que se trata de apoyos entregados por el gobierno federal, estos 20 puntos favorecen a la candidata de Morena sobre la candidata del PRI.

En síntesis, en este caso específico, ante distintos niveles de gobierno y partidos diferentes, las personas sí parecen tener claridad sobre qué instancia entrega cuál apoyo y el recibirlo sí parece favorecer electoralmente a la candidatura que abandera el partido del nivel de gobierno correspondiente. Desde luego que este ejercicio es una mera comparación inicial entre un par de variables, pero sugiere que análisis más detallados tendrían un futuro promisorio.

Esta entrada la escribí con ayuda de la aplicación speechtexter (https://www.speechtexter.com/), la cual permite dictar el contenido mediante reconocimiento de voz. Esta tarea nos recuerda la vieja práctica de tomar dictado, fuera a mano, en taquigrafía o con las antiguas máquinas de escribir. La diferencia central es que ahora ese dictado lo toma la computadora y se puede editar posteriormente en cualquier procesador de textos. Las gráficas las elaboré con la librería sjPlot en R (https://strengejacke.github.io/sjPlot/), empleando el ponderador respectivo que se indica en la base de datos de la encuesta citada.

About Alejandro Diaz Dominguez

Professor, School of Government at Tecnológico de Monterrey. PhD in Political Science at Vanderbilt University. [religion and politics, R, surveys, electoral management bodies] Twitter: @alejdiazd https://orcid.org/0000-0002-3856-5686 View all posts by Alejandro Diaz Dominguez

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